7 Rigurosas e indispensables características para desarrollar disciplina

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 Sin la cual ningún proyecto puede ser trascendente

No termino ningún proyecto por más que me esfuerzo! En ningún área de mi vida logro hacer algo trascendente! Todo lo que me propongo lo dejo a medias! ¿Estas frases te suenan comunes?… Hemos lidiado por mucho tiempo con las mismas rutinas y no conseguimos nuestros objetivos, hemos consultado diferentes recursos pero no logramos concretar nuestras metas, y se va haciendo un circulo vicioso una especie de decadencia. Hoy estas en la lectura correcta, abordaremos este tema desde la perspectiva de la Filosofa francesa Simone Weil, si quieres hacer un cambio radical en tu vida personal, profesional, social o en cualquier área o proyecto.
Cuando éramos niños, o adolescentes nos revelábamos, pero con el caminar del tiempo nos damos cuenta que la disciplina es indispensable para alcanzar cualquier meta u objetivo en tiempo definido en nuestra vida.

Por esta razón es de suma importancia aprender la disciplina ya que sin ella estarás frustrando todos tus esfuerzos a merced de tu tiempo de vida limitado…

1. Querer lo que uno quiere.

( No hacer lo que uno puede, y que sean las circunstancias las que marcan el ritmo), Estrictamente, sin disciplina es imposible desarrollar hábitos positivos y sin estos es imposible lograr cualquier objetivo sustancial y duradero. El talento y la buena fortuna pueden servir en algunos casos, pero indudablemente agotarán su efecto benéfico tarde que temprano si no se ven acompañados de una disciplina. Quizá la mayor fortuna en realidad no es el talento sino “querer lo que uno quiere”, esta frase la dijo Schopenhauer y dice así: “Un hombre puede hacer lo que quiere, pero no puede querer lo que quiere” y esta frase acompaño a hombres de la talla de Albert Einstein, durante toda su vida y en momentos donde la vida se ponía cuesta arriba. En gran medida, somos nuestros propios verdugos y saboteamos nuestra vida justamente por no poder aplicarnos a aquello que enfocamos en nuestra vida, nuestra vocación, nuestro amor… con consistencia.

2. Sin concentración es imposible desarrollar disciplina:

Así sea un Objetivo intelectual o de cualquier Indole espiritual, nuevamente será mediocre, por eso, el acercamiento desde la perspectiva del Budismo o Hinduismo nos deja ver claramente que para alcanzar todo éxito intelectual o espiritual es necesaria la concentración. Sin concentración no se puede desarrollar disciplina, por mas que tengamos una gran chispa intelectual o seamos dotados de una sensibilidad muy aguda, sin concentración, todo será en vano tarde o temprano sin concentración todo se desvanece. Y sin concentración no hay sabiduría; sin sabiduría no hay libertad y auténtica felicidad.

3. Lucha espiritual:

El cultivo de la disciplina, que podemos entender cómo la capacidad de repetir un acto o una serie de actos de manera constante, sin importar los cambios de estado de ánimo o los sucesos adversos, es en realidad una lucha espiritual. En otra parte de sus cuadernos, Weil escribe: ¨No es difícil hacer cualquier cosa cuando uno está inspirado por la clara percepción del deber. Lo que es difícil es hacerlo cuando uno está sufriendo y esta clara percepción se desvanece, y todo lo que queda es la conciencia de un sufrimiento que es imposible de soportar. Pero lo contrario también es cierto: en en el momento de tomar una decisión, el deber está presente y el sufrimiento se encuentra distante. La voluntad no podría triunfar si tuviera que luchar contra fuerzas más poderosas que ella misma. Todo el arte del querer consiste en tomar ventaja del momento, antes que la lucha comience, para tomar la delantera y asegurarse de que cuando llegue la debilidad uno estará en la posición que uno desea.¨

4. La disciplina es un arte:

Forjar disciplina no es meramente la imposición de la voluntad, requiere de una cierta suavidad, de un arte, de un amor. Es la capacidad de construir en el instante -cada instante- con la fuerza que se tiene en ese momento, aprovechando la fuerza y la seguridad que provee la alegría, así como también la luz de la fe, que es capaz de iluminar senderos que de otra manera no se revelan.

5. Aprovechar los momentos positivos:

El punto anterior vale la pena contrastarse con otra más, como un aliciente para los momentos alicaídos: Ilusión de que el tiempo, en sí mismo, traerá valentía y energía… de hecho, es usualmente lo contrario lo que ocurre (sopor). Dite a ti mismo: ¿Y si fuera a permanecer como estoy en este momento siempre? Nunca pospongas algo indefinidamente, sólo a un tiempo definitivo fijo. Intenta hacer esto incluso cuando es imposible (dolores de cabeza…).A fin de cuentas, la disciplina es un bucle de retroalimentación positiva.

6. Meditar y contemplar:

Asimismo, debemos reflexionar sobre el hecho de que el mundo es sufrimiento, insatisfacción e impertinencia. Es altamente posible que si ahora te sientes mal, en el futuro te sientas peor. Debes empezar a actuar en este momento, aunque las circunstancias no sean ideales. Quizá nunca lo serán. Al mismo tiempo, no te castigues innecesariamente por no tener fuerza. Weil sugiere que si vas a postergar algo, no lo hagas indefinidamente, fija un límite y cúmplelo -justamente para poder romper con el círculo vicioso y reinstaurar un círculo virtuoso.-

7. Tiempo y espacio:

Todo lo que nos propongamos necesariamente conlleva de tiempo y espacio, anticipa tu tiempo, -corto, mediano, largo, plazo-, escribe tu objetivo, aclara tu ideal, y sincroniza tu terreno a utilizar con tu tiempo, define que es lo que quieres no lo que las circunstancias hacen de ti, y cumple tu visión personal, profesional, y se el dueño de tu propia batalla.

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